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NICOLÁS MADURO, “LA REVOLUCIÓN Y EL COMANDANTE NOS EXIGEN EFICIENCIA ADMINISTRATIVA Y POLÍTICA”
En los últimos días hemos ´escuchado al presidente Nicolás Maduro exigiendo mayores niveles de sensibilidad, eficiencia y compromiso en el cumplimiento de sus responsabilidades a las y los funcionarios públicos, en especial, a quienes asumirán algún cargos de elección popular producto del proceso electoral recién finalizado. A decir de Alfredo Maneiro: “Hay que gobernar con eficacia política y calidad revolucionaria”.
En este sentido, compartiré algunas reflexiones escritas en noviembre de 2009 -producto del llamado que en su momento realizaba el comandante Chávez en el programa “Aló Presidente”- en artículo titulado: La revolución y el comandante nos exigen eficiencia administrativa y política.
…Un funcionario comprometido e involucrado con la causa buscará la forma de encontrar salida a las dificultades que le imprime el proceso burocrático del Estado, conducirá y estimulara a sus subordinados para superar tales deficiencias estructurales. Un funcionario no comprometido se valdrá de esa situación para no hacer nada o en el mejor de los casos marchará al ritmo que indiquen los procedimientos. De allí la urgencia de tener cuadro técnicos y políticos, cuando el caso lo amerite, al mando de las instituciones gubernamentales a nivel nacional, regional y municipal. La revolución ha permitido la formación y capacitación en diversas áreas de un número importante de venezolanos y venezolanas, en su mayoría consustanciados con el proceso político, así que el calificativo de no contar con personas idóneas desde el punto de vista técnico no es válido a esta altura.
Estamos en un proceso revolucionario, necesitamos revolucionarios y revolucionarias en la dirección de las instancias; la o él arribista no puede tener espacio, ni el amiguismo puede ser el elemento a considerar para la designación de aquellos o aquellas en tareas fundamentales de la revolución, puesto que los mismos, responderán de sus acciones ante un amigo o amiga y no ante el proceso revolucionario.
En este punto, bien vale la pena citar unos extractos del trabajo presentado por Orlando Borrero en su libro, El Trabajo de Dirección en el Socialismo: “…La construcción de la nueva sociedad socialista demanda en forma creciente la presencia de dirigentes con calidad en los cargos de responsabilidad. Hombres y mujeres dotados de características revolucionarias, honestos y con espíritu de sacrificio, capaces de dominar la técnica en la producción y los principios, conceptos, funciones, los métodos y estilos de trabajo y otros atributos en la dirección. Deben ser ejecutivos y sagaces, que se sitúen en los puestos claves como dirigentes con autoridad moral y acertadas perspectivas de la misión que la revolución les encomienda”…
En este orden, destacamos, el planteamiento de una instancia con rango de Vicepresidencia en el Partido Socialista Unido de Venezuela para los Asuntos de Gestión Gubernamental, lo cual le permitiría a la organización desempeñar el papel de acompañamiento, guía y contralor. Esta situación, con toda seguridad potenciara el apego al Plan de la Patria y a las propuestas ofertadas en el plan de gobierno, a la vez, de minimizar algún tipo de desviación o ineficacia que pudiesen presentarse desde el punto de vista administrativo y político, lo cual redundará favorablemente en las soluciones de los problemas comunitarios.
Concluimos, recordando las palabras del presidente Nicolás Maduro, donde deja entrever su angustia al respecto: “El bloqueo del corazón y la mente, la indolencia, la incapacidad, la ineficiencia, es peor que el bloqueo gringo”
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¿RESURGE LA CELAC?
Luego de la falta de encuentros por un lapso de cuatro años, desde el 2017 en República Dominicana, se celebró en México la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la participación de 17 mandatarios, 2 vicepresidentes y 9 cancilleres; y teniendo como anfitrión al presidente del país azteca, Andrés Manuel López Obrador. La misma se realiza en un contexto marcado por la pandemia, el resurgimiento de una visión latinoamericana, el rechazo a las “sanciones” impulsadas por el gobierno de los Estados Unidos (EEUU) y un fuerte cuestionamiento a la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Recordemos que el comandante Chávez conjuntamente con la ola de gobiernos progresistas en Latinoamérica, durante la primera década de este siglo, lograron desarrollar gestiones gubernamentales no convencionales en busca de la superación de la pobreza y desigualdad existente en la región. Para tal objetivo, se propusieron aprovechar las bondades y fortalezas de cada nación, para colocarlas en función de los intereses comunes mediante proyectos de integración, partiendo de la complementación comercial, financiera, tecnológica, cultural y social.
Es así como en el año 2004, Hugo Chávez y Fidel Castro acuerdan la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la cual en el año 2006 con la incorporación de Bolivia tras el triunfo de Evo Morales se incluye el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), lo que condujo a la denominación (ALBA-TCP). Un año más tarde, nace la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y se cristaliza la CELAC en el año 2011 como un mecanismo intergubernamental para el diálogo y el acuerdo político que incluye permanentemente a 33 países de América Latina y El Caribe.
La cumbre recién finalizada, podemos catalogarla como una repuesta al intento de desmontaje desarrollado en los últimos años por parte de los gobiernos derechistas sobre los esquemas de integración con orientación Bolivariana en favor de una visión monroista, tal como lo denuncio el presidente Nicolás Maduro, quien coloco en el debate la necesidad de superar la acción divisionista fomentada por EEUU, a través de la cooperación y complementariedad para combatir precisamente la embestida imperialista, la pobreza, la desigualdad existente y aunar esfuerzos para afrontar el Covid-19.
El presidente Nicolás Maduro, como fiel defensor de las ideas integracionistas de Chávez, en primer término, expuso la urgencia de un mayor protagonismo de la CELAC en la zona; para ello propuso darle una mejor organicidad y operatividad, planteando la creación de una Secretaria General. Asimismo, exhorto a retomar la construcción de un nuevo orden en la región, que permita consolidar propuestas de índole multilateral-recíproca, a fin de potenciar y aprovechar las fortalezas; a la vez de enfrentar, conjuntamente, las amenazas y debilidades.
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Nuestra América: La unidad concebida por Bolívar y Marti
El promover y desarrollar un proceso de emancipación -entendido como la acción de liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia-, además, proponiéndonos levantar las banderas del Socialismo en América, con la presencia de los Estados Unidos (EE.UU.), potencia hegemónica e imperialista, después de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); exige prepararse para resistir su embestida con convicción y principios de unión y solidaridad.
En este orden, defender la Soberanía Nacional y lograr el desarrollo latinoamericano requiere del encuentro de países que posibiliten la cohesión social, política y económica; que permitan, en primer término, la unidad para defenderse de las amenazas. Y, en segundo lugar, el aprovechamiento de las fortalezas internas de cada nación, mediante el concepto de la complementariedad, a fin de lograr un desarrollo educativo y cultural; así como un empoderamiento tecnológico que facilite, entre otros, la transformación de las materias primas, un intercambio comercial favorable a nuestras naciones y la conformación regional de una estructura financiera que nos independice del dólar en las relaciones comerciales, y de las instancias internacionales de dominación e intervención, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Partiendo de las anteriores premisas, a grandes trazos, nos proponemos examinar la evolución de la propuesta de unidad latinoamericana y caribeña, la concepción que, al respecto, ha impulsado el proceso revolucionario, guiado por el pensamiento de Hugo Chávez Frías; y su entronque con la idea de la unidad formulada, en su momento, por Simón Bolívar.
El presente trabajo esta dividido en las siguientes partes:
- La unidad latinoamericana y caribeña en el pensamiento de Bolívar y Martí
- Fundamentos de la política de unidad y/o integración promovida por la Revolución Bolivariana
- La lucha por la unidad latinoamericana en el presente
- Venezuela: La batalla por la unidad latinoamericana y contra el imperialismo
- A manera de reflexión final
Para tener acceso al ensayo ir: Nuestra América_La unidad concebida por Bolívar y Marti_Ramon Lobo